![BOGOTA/COLOMBIA/LANZAMIENTO DEL LIBRO FUGAS DE TINTA 5
LANZAMIENTO DEL LIBRO FUGAS DE TINTA 5 EN LA CARCEL EL GRAN PASTOR
LIZ DURAN/EL ESPECTADOR](https://elespectador-el-espectador-sandbox.cdn.arcpublishing.com/resizer/87rbvOqHf-K48VrxxbPmuDCSqZ4=/920x613/filters:quality(60):format(jpeg)/www.elespectador.com/resizer/WesPfD-_36Z9DYtsn3K-i2mgJ8I=/arc-anglerfish-arc2-sandbox-sandbox-elespectador/public/VC2GKPMVMRERBK3BMEYV4G6YUY.jpg)
El asesinato de un policía, durante la fuga de un condenado, que inexplicablemente seguía recluido en la estación de policía de Suba, o el reciente asesinato de Juan Pablo González Gómez, en la URI de Puente Aranda, detenido por ser el presunto agresor sexual de Hilary Castro, son una muestra de la crisis que se vive en los sitios de reclusión temporal.
Al escaso personal vs. la desbordada cantidad de reclusos, sumado a las deficiencias de infraestructura, los problemas sanitarios, de alimentación y acceso a agua potable, por lo general, derivan en motines, fugas y hasta homicidios. Un peligroso coctel, que incrementa la violación a derechos humanos.
Para tener un referente vale recordar una de las mortales grescas que se registraron a finales de 2018, en la URI de Puente Aranda, donde asesinaron a un hombre, de 36 años, y otros 11 resultaron heridos. El hecho ocurrió en el tercer piso, el mismo donde mataron a González, que para ese momento había 223 detenidos.
Solo para explorar uno de los aspecto, el último reporte sobre el hacinamiento y las condiciones de las URI y estaciones de Policía en Bogotá, muestra un panorama preocupante. Según datos de la Policía Metropolitana de Bogotá, con fecha al 4 de noviembre (tres días antes del asesinato de González) a pesar de contar con 1.237 cupos para reclusos, para ese día la cifra era de 3.177, es decir, 1.940 más de los permitidos, lo que representa un hacinamiento del 156 %. Con una particularidad: 513 son ciudadanos extranjeros.