En Barranquilla los ciudadanos no han respetado el aislamiento preventivo obligatorio de manera efectiva. El reflejo es el aumento de contagiados con coronavirus en la capital del Atlántico: a la fecha hay más de 300 casos confirmados.
Una de las medidas tomadas por el alcalde Jaime Pumarejo fue hacer más restrictivo el pico y cédula, que pasó de dos números por día a uno solo. Además, los fines de semana no se podrá salir a la calle. Los únicos habilitados son las personas cuyos trabajos estén en dentro de la excepciones o por emergencias médicas. La medida comienza a regir desde el jueves 7 de mayo hasta el 25 del mismo mes.
También le puede interesar: En tres municipios del Atlántico habrá toque de queda de 24 horas hasta el 11 de mayo
Así queda la nueva medida decretada por Pumarejo
Jueves 7 de mayo: 1 Viernes 8 de mayo: 3 Lunes 11 de mayo: 5 Martes 12 de mayo: 7 Miércoles 13 de mayo: 9 Jueves 14 de mayo: 0 Viernes 15 de mayo: 2
Sábado y domingo: Permitido salir por trabajo o por emergencias médicas.
Lunes 18 de mayo: 4 Martes 19 de mayo: 6 Miércoles 20 de mayo: 8
También le puede interesar: Indígenas aseguran que sufren de “orfandad institucional” durante la pandemia
El Gobierno Nacional informó que la cuarentena se extiende hasta el 25 de mayo, con algunas excepciones. En el nuevo periodo, los municipios que no resgistran casos de coronavirus empezarán a reactivar la economía, teniendo en cuenta algunas medidas sanitarias.
El Gobierno Nacional informó que la cuarentena se extiende hasta el 25 de mayo, con algunas excepciones. En el nuevo periodo, los municipios que no resgistran casos de coronavirus empezarán a reactivar la economía, teniendo en cuenta algunas medidas sanitarias.
En este caso me permito dar mi opinión sobre este fragmento... prueba.. Leiber cita
Hace unos 300.000 años apareció nuestra especie. Hace unos 50.000 años salimos de África, cambiamos de geografía, pero conservamos las bandas familiares en las que vivíamos. Cuando las mujeres descubrieron la agricultura, hace unos 10.000 a 15.000 años, cambiamos la vida nómada, pero conservamos los clanes. Cuando llegó a vida civilizada en inmensas poblaciones urbanas, adquirimos las normas, las religiones, el ejercicio formal de la justicia, el papel de los ejércitos, la centralización del poder, la información y las decisiones. Hace 300 años llegó la vida industrial y cambiamos los nexos familiares por la vida impersonal.
Hace unos 300.000 años apareció nuestra especie. Hace unos 50.000 años salimos de África, cambiamos de geografía, pero conservamos las bandas familiares en las que vivíamos.
Si la vida fuera estable todo el tiempo. Yo no bebería ni mal gastaría la plata...!
En cada uno de esos cambios, buscamos conservar lo que considerábamos los mejores logros de la etapa anterior. Por ejemplo, conservamos las tecnologías acumulativas, las prácticas efectivas de resolver problemas entre gente que no se conoce, la validez de los contratos y la propiedad. Las libertades se ampliaron lentamente a través de milenios, de los amos hacia los esclavos y siervos. Cuando salimos de la servidumbre, encontramos que era clave conservar las libertades de movimiento, emprendimiento, opinión, pensamiento y acumulación de la riqueza.
No todas las instituciones que se conservan son fáciles de entender. Por ejemplo, la Corona británica, extrañamente, les ha ayudado a convivir en relativa paz por espacio de 800 años.
Todos los seres humanos somos cambiadores y conservadores. Las sociedades más exitosas desde la ilustración son aquellas que han sabido conservar lo que les da entidad, cohesión, capacidad de decisión y progreso, sin rupturas ni destrucción, pero a la vez flexibilidad para cambiar lo que haya que cambiar.
Qué conservar de Colombia, pregunta en este diario mi amigo Andrés Hoyos. Para empezar, se me ocurre: los villancicos y la Navidad, así como las celebraciones de las demás religiones y el respeto al ateísmo, para los descreídos. Sigo: las Vueltas a Colombia en bicicleta; las instituciones de manejo de la confianza, como la unidad familiar, la decisión sobre cuántos hijos tener y cómo criarlos; el buen humor; la euforia de la rumba; el sistema de salud; el Estado de derecho; la libertad de movernos, pensar y opinar; la no retroactividad de las leyes, evitar que el poder se concentre en una o pocas personas cuyo autoritarismo y arbitrariedad los lleve a cambiarlo todo a su acomodo. La lista es larga y podría continuar por páginas.
Colombia ha logrado unos balances constructivos entre conservación y aumento, enfrentando con relativo éxito desafíos tan grandes como la separación de Panamá, la violencia de los años 40 y 50, el narcotráfico y la guerrilla. Obtuvimos logros sociales palpables, pero siempre insuficientes. Hoy tenemos muchas falencias, con lo cual el dilema entre conservación y cambio vuelve a presentarse.